lunes, 31 de marzo de 2014

Buen Orador

Un científico muy íntegro, con una reputación intachable, un curriculum envidiable y becado hasta vomitar. Tiene como seis o siete carreras, es lo nunca visto, pero además de reconocido científico, es el mejor orador del puto planeta. Es tan buen orador que podría persuadirte de que mataras a tu propia madre.
No cobra sus charlas, no quiere dinero. Insiste muy fuerte en esto. En su lugar, utiliza su poder como orador para convencer a su audiencia de que es una buena idea ir a limpiar su casa. Logró que alumnos prometedores y catedráticos pedantes realizaran de buena gana un trabajo que desdeñan y no tendrían por qué hacer.
Había algo perverso ahí, en la mente de este tipo. Su trabajo en el gremio científico no era desinteresado, joder, era una especie de quid pro quo siniestro, yo te descubro la verdad pero tú tienes que convertirte en mi chacha. Lo que vale para mí compartir mis descubrimientos con la comunidad científica es lo mismo que ver a la comunidad científica limpiando mi casa.


Grimmer

lunes, 17 de marzo de 2014

No Aficiones

Joder, alegrarte por no tener aficiones. Estar un domingo sentado en el sofá frente a la tele, y comentarte a ti mismo lo contento que estás de no hacer rafting. Alegrarse y disfrutar del aspecto invertido de una acción, de su puto negativo.
Qué mierda más loca, qué coño de nueva filosofía de vida es esta. Dónde vamos a parar.


Grimmer

jueves, 13 de marzo de 2014

miércoles, 12 de marzo de 2014

Seguro de Vida

Vas en un autobús vacío, sube un señor y se sienta. Tú estás sentado en la parte de atrás y el otro tipo en la parte delantera, con varias filas de asientos de margen antes de la última. El asunto es que el autobús está subiendo una cuesta odiosa y llegando a un cruce, un coche pasa muy rápido por delante y el conductor tiene que frenar muy en seco con la velocidad que llevaba. Un golpazo muy doloroso, muy forzado. Joder, que el señor que tienes delante atraviese varias filas de asientos con la fuerza del frenazo, pero de una forma muy natural. No estás drogado, no estás experimentando ninguna clase de alucinación rara e inútil, has visto lo que has visto. El cuerpo del señor ha adquirido de pronto esencia de ectoplasma, una mierda muy extraña, y de alguna manera ha logrado desmaterializar sus órganos vitales, todo, para poder atravesar los asientos sin el menor incidente. Es más, que le veas atravesar los asientos y adviertas cómo su cuerpo flota un instante en el aire antes de acomodarse en el respaldo de la fila que ha elegido, rollo levitación. Y el cabrón seguía siendo sólido, no provenía de un puto universo etéreo, ERA MÁS HUMANO QUE TÚ. Te rompió la física. Realidad, a que juegas, puta.


Grimmer

domingo, 9 de marzo de 2014

Quería un Perro que Éticamente aceptara pasear a su Amo

Un señor quiere comprarse un perro. Pero no un perro cualquiera, no. Quiere un perro concreto, trata de encontrar el perro perfecto. Tras haber descartado incontables perros, encuentra el definitivo. Lo mima, lo cuida, lo quiere. Sin embargo, hay algo extraño en esa relación, y nadie sabe a ciencia cierta qué es. Todos sus amigos, familiares y vecinos lo ven más feliz que nunca, pero nadie entiende por qué. Es demasiada felicidad como para provenir de un puto perro, la proporción normal de la alegría que te da un animal de compañía por estar pululando por tu casa no es tan grande. Pero nadie se atreve a compartir sus sospechas, así que dicen y comentan, con la boca pequeñita, que encontrar al animal es lo mejor que ha podido ocurrirle, porque no se fían.
Lo que nadie podría imaginar es que este señor se compró un perro para que el perro lo pasease a él. Un cambio de roles como muy inconcebible. No es nada sexual, no le excita, simplemente es lo que más le gusta hacer, era el sueño de toda su vida. Joder, corre hacia el perro con la correa en una mano, y el perro lo mira y saca la lengua, y él sonríe, muy feliz. Y se engancha la correa a un collar que lleva en el cuello, deposita el asa en la boca del perro, y ambos salen a la calle sintiéndose como muy completos.
No era BDSM, no era vicio, era afición dominguera.


Grimmer

Abrigo de Pulmones


Una señora muy rica, una loca de la moda, muy pasada de vueltas, muy trastocada después de muchos años manteniendo su obsesión por la moda. Tiene salas y salas llenas de la ropa más estilosa de todas las temporadas de hace más de veinte años, el Museo del Traje de Madrid se queda corto en comparación a todo lo que tiene esa señora. Y ha estado con crisis maníacas durante tres meses porque ya lo tiene todo, y se siente vacía, y no sabe qué coño hacer, hasta que un día sufre una revelación y descubre qué quiere. Le pide a un diseñador rollo Karl Lagerfeld que le diseñe un abrigo de pulmones. No quiere riñones o cualquier otro órgano vital, quiere los dichosos pulmones. Le advierten de que tarde o temprano el abrigo se le va a pudrir, que es orgánico, que no podrá llevarlo puesto en una segunda ocasión. Le da igual.

Es como la transgresión máxima de ABSOLUTAMENTE TODO, "hay gente muriendo de hambre, pero yo estoy por encima de vuestra dignidad humana llevando un puto abrigo confeccionado con pulmones, tristes mortales". Ese nivel de megalomanía loco.

Grimmer

Otro Concepto de Educación

Un niño, un niño estándar, que cumple, yo qué sé, nueve - diez años, y sus padres deciden hacerle una fiesta por su cumpleaños con todos sus amigos. Hasta aquí todo normal.

Pero joder, QUE SEA UNA FIESTA MUY LOCA, UNA RAVE DURÍSIMA. CONTRATAN GOGÓS Y STRIPPERS, PONEN LUZ ULTRAVIOLETA Y NEONES, Y MÁQUINAS DE HUMO POR TODA LA CASA, CON MÚSICA DE DISCOTECA A TODO TRAPO EN LOS AMPLIFICADORES QUE UTILIZARON LOS AC/DC EN EL VICENTE CALDERÓN HACE TRES AÑOS. UNA FIESTA MUY EXTREMA.
Y hay droga, muchísima droga, cantidades ingentes de droga, el presupuesto de estado de un país entero en drogas dentro del salón. Y hay niños partiéndose barras de halógenos en la cabeza unos a otros, y haciendo concursos en los que gana el que más cerveza beba. Rulan los vasos de tubo con whisky, JB, pasan chupitos de absenta a través de una barra giratoria donde hay instalado un Scalextric. Los más pasaos se cortan el pecho y se escriben los nombres de sus ex maestras de la guardería, y otros dialogan sobre el significado de la existencia puestos hasta arriba de ácido. La tarta es una puta bombona de butano, maldita sea. El niño la prende con una cerilla y aquello explota, y todos aplauden fascinados y felices cantando el "cumpleaños feliz".

Y todo esto lo toleran los padres de esa comunidad, porque los niños tienen que hacerse mayores. Lo aceptan, les parece correcto y positivo. Incluso el padre del niño en cuestión se permite mostrar una orgullosa sonrisa al observar la estampa junto a los otros padres, y mientras pasa el brazo por encima del hombro de su mujer, comenta en voz alta lo mucho que le habría gustado que su padre le organizase una fiesta así por su cumpleaños.

Grimmer

Margaritas como Terapeutas de Pareja

Joder, sí. Esa ironía fina, ese "me quiere", "no me quiere". Una margarita depositada en una silla, tras un escritorio de madera de caoba, los integrantes de la pareja van explicando cosas y luego le quitan un pétalo a la margarita para interpretar una respuesta. Un oráculo floral.
El caso es que funciona. Salgan como salgan de la consulta, las parejas ya no quieren a otros terapeutas más que a esos. Y se los recomiendan unos a otros, como el tema de cotorreo principal en los aburridos cócteles de empresarios muy ricos.
Cientos de psicólogos y psiquiatras pierden el trabajo y cierran sus consultas, marchando al exilio.

Grimmer

Ruleta Rusa para Expertos

¿Sabéis estos frascos de perfume que están ya medio vacíos? Que tienes que presionar el aplicador varias veces para que el contenido salga, y cuando finalmente lo consigues, te echas el perfume en los ojos.

Ellos eran tipos muy duros, los hombres más curtidos por la vida. Hombres chungos, hombres violentos y agresivos, una cosa tremenda. Juegan a la ruleta rusa con un frasco de perfume medio vacío. Es otro nivel de riesgo que supera al de la muerte, esa tensión de saldrá o no saldrá supera con creces la de cualquier otra situación de peligro. Los tres sentían que era mucho más congruente esa filosofía de ruleta con ellos mismos, ellos entendían que estaban jugando con fuego.

Nadie les toma en serio a pesar de ser tipos muy duros y peligrosos, nadie entiende la trascendencia del asunto, el arte que están haciendo esos señores. El dueño del bar donde quedan para jugar a ese macabro invento les deja sillas bajas, sillas de niño, como muestra oculta de disconformidad, del desprecio más absoluto por lo que él mismo opina que es una falta de autocrítica. Una protesta encubierta y vil.


Grimmer

El encargado de tu McDonald's más cercano era una vaca


Y todos lo sabían, y nadie lo veía. Porque, joder, es demasiado duro aceptar que te está sirviendo a sus congéneres en hamburguesas, es demasiado terrible. Así que todo el mundo lo reprime emocionalmente, es una puta vaca, todo el mundo lo ve, pero nadie procesa la gravedad de la situación. Es demasiado perturbador.


Grimmer

El Apretón de William Wallace

Esta idea no es apta para personas aprensivas. Es una idea muy normal, pero trata un tema tabú.

Todos hemos visto la escena esta de Braveheart, esa secuencia épica en la que el valeroso William Wallace se dispone a batallar rodeado de sus compatriotas escoceses con la cara llena de churretes azules. Que, joder, pese a que estás viendo a Mel Gibson, celebrity hollywoodiense, pasearse sobre un caballo pronunciando un discurso por la libertad, la solemnidad del asunto te llega al corazón latino.
Si habéis leído el título de la entrada, imagino que os haréis a la idea de por dónde van los tiros. Me da igual que sea William Wallace, me da igual que sea Mel Gibson. La necesidad primitiva de la última fase de la digestión está ahí. Yo me pregunto qué habría hecho William Wallace si le hubiera dado el apretón justo en el momento en el que las huestes escocesas avanzan con los ojos salidos de las órbitas blandiendo sus espadas contra el ejército enemigo, tras el chute de testosterona de la dialéctica fina de este agitador. Pero un apretón de los angustiosos, de plantearse la posibilidad de espolear al caballo y cagarse. Una decisión ardua, difícil y loca, "joder, soy William Wallace, yo comando este ejército". Porque no puede escaquearse de la primera oleada ofensiva, pero tampoco puede cagarse sobre el caballo. Osea, ¿qué hace William Wallace? Tiene la solución para la independencia de Escocia, pero se encuentra con un dilema existencial mucho más difícil, el talón de Aquiles del revolucionario William Wallace, el ataque de caca del liberador, lo épico de los valores de un hombre contra la necesidad apremiante que nos hace animales. La verdadera batalla era entre William Wallace y su esfínter.

Primera idea, poneos cómodos.


Grimmer

Qué es esto y por qué

Voy a plantear este blog como un tributo hacia el trabajo de Miguel Noguera, escritor, dibujante y humorista contemporáneo a quien admiro mucho. Para quien no lo sepa, este personaje es responsable de un espectáculo que ha dado un nuevo sentido de humor a nuestros días, el Ultrashow. Consiste en la descripción de ideas fugaces a veces apoyadas de una ilustración para su explicación. Se hallan justo en el límite de la demencia más absurda y una cotidianidad que hace que uno se plantee la posibilidad de que verdaderamente pudieran darse en la realidad en la que vivimos, aunque sean descabelladas. Ese rollo que lleva El Mundo Today.
El contenido de este blog sigue el mismo esquema que el espectáculo del señor Noguera, pero todas las ideas posteadas aquí son de proceso propio gracias a la inspiración de personas de mi círculo cercano o de mis andanzas por Internet.
Ojalá no les guste.

Un cordial saludo.

Grimmer